Nuevos hallazgos arqueológicos en el este de Mongolia revelan que la vida fronteriza era más compleja de lo que se creía. Las excavaciones muestran evidencia de habitación permanente, agricultura e intercambio cultural, lo que sugiere que estos muros no eran solo estructuras defensivas, sino parte de un sistema más amplio de control e interacción regional durante la dinastía Jin.
Un equipo de arqueólogos internacionales dirigido por el profesor Gideon Shelach-Lavi, del Departamento de Estudios Asiáticos de la Universidad Hebrea de Jerusalem, ha descubierto nuevos conocimientos sobre la vida a lo largo de una de las fronteras medievales más enigmáticas de Asia.
Sus hallazgos se centran en una sección poco conocida del sistema de murallas medievales y revelan que la función principal de esta sección no era la defensa militar. De hecho, la excavación denostó que en esta parte del sistema de murallas medievales ahora había una muralla lineal en pie, pero solo una zanja relativamente poco profunda que tenía más de 300 km de largo.
Los investigadores creen ahora que la función principal de esta línea, que incluía también fuertes amurallados, era la gestión del movimiento de las poblaciones nómadas, el control de los disturbios locales, la regulación del comercio, la demarcación del territorio y la configuración de las interacciones regionales.
El sistema de murallas medievales es una vasta red de trincheras, muros de tierra y recintos fortificados construidos entre los siglos X y XIII en partes de Mongolia, China y Rusia. A pesar de su impresionante escala, muchos segmentos siguen siendo poco conocidos.
Desde 2018, el proyecto de investigación colaborativo The Wall: People and Ecology in Medieval Mongolia and China, con sede en la Universidad Hebrea, financiado por el Consejo Europeo de Investigación, ha trabajado para cartografiar, excavar e interpretar estas características monumentales.
La temporada de campo de 2023 se centró en el Arco de Mongolia, una remota zona fronteriza que atraviesa las provincias mongolas de Sukhbaatar y Dornod paralela a la frontera actual con China.
“Nuestro objetivo no era solo entender cómo se construyeron estos muros, sino descubrir cómo era la vida de las personas que vivían cerca de ellos. Esto va más allá de la historia militar, se trata de reconstruir las experiencias cotidianas en los límites del poder imperial”.
Prof. Gideon Shelach-Lavi
La excavación del equipo se centró en un recinto fortificado conocido como MA03 en la provincia de Sukhbaatar, datado por análisis de radiocarbono en el período de la dinastía Jin (siglos XII al XIII).
Aunque tradicionalmente se pensaba que servía para fines defensivos, la trinchera poco profunda cerca de MA03 carecía de un muro sustancial, lo que sugiere que funcionaba más como un marcador territorial o un punto de control que como una barrera militar.
Dentro del recinto, los investigadores descubrieron una arquitectura de piedra, un sistema de calefacción avanzado y una variedad de artefactos, incluidos huesos de animales, cerámica, herramientas de hierro y un arado de hierro roto. Estos restos apuntan a un asentamiento permanente dedicado al pastoreo, la caza y la agricultura, desafiando la percepción común de la región como exclusivamente nómada. El sistema de calefacción, similar a los que se encuentran en la China y Corea medievales, sugiere aún más el intercambio cultural y la adaptación a los severos inviernos de Mongolia.
Uno de los descubrimientos más sorprendentes fue un entierro de mediados del siglo XV insertado mucho después de que el recinto hubiera sido abandonado. La tumba, que contenía textiles bien conservados, objetos de madera y artefactos metálicos, fue excavada directamente en los restos derrumbados del muro del recinto.
“Esto nos dice que incluso siglos después, el sitio todavía tenía significado”, dijo el profesor Shelach-Lavi. “Permaneció visible en el paisaje y puede haber sido recordado, o incluso venerado, por comunidades posteriores”.
Los hallazgos contribuyen a un creciente cuerpo de investigación que sugiere que los antiguos muros fronterizos en Eurasia servían no solo para fines militares, sino también para funciones administrativas y simbólicas. En el contexto de Mongolia, asociado durante mucho tiempo con el pastoreo itinerante, el estudio revela una forma de vida más compleja y adaptable.
“Nuestra investigación nos recuerda que debemos mirar más allá de las ciudades capitales y las cortes reales”, dijo el profesor Shelach-Lavi. “La gente vivía, trabajaba, comerciaba y construía comunidades a lo largo de estas tierras fronterizas.
Comprender sus vidas nos ayuda a comprender las dinámicas más amplias que dieron forma a la historia euroasiática”.
Para mayor información, visite el sitio https://www.the-wall-huji.com/the-mongolian-arc.
El documento de investigación titulado “Life along the medieval frontier: archaeological investigations of the south-eastern long wall of Mongolia”, ya está disponible en Antiquity.
Investigadores:
Gideon Shelach-Lavi1, Chunag Amartuvshin2, Dor Heimberg1, Daniela Wolin1, Gantumur Angaragdulguun1, Tal Rogovski1, Jingchao Chen1, Or Fenigstein1, Tikvah Steiner1 y William Honeychurch3.
Instituciones:
1) Departamento de Estudios Asiáticos, Universidad Hebrea de Jerusalem.
2) Departamento de Antropología y Arqueología, Universidad Nacional de Mongolia.
3) Departamento de Antropología, Universidad de Yale.