Investigadores de la Universidad Hebrea de Jerusalem han desarrollado una técnica para fabricar pasta que puede “preprogramarse” para cambiar de forma específica cuando se hierve. Los investigadores dicen que la técnica ayudará a ahorrar espacio en el empaque y mejorará la participación del usuario.
El equipo dirigido por el profesor Eran Sharon e Ido Levin, del Instituto Racah de Física de la Universidad Hebrea, desarrolló la pasta que cambia de forma; se fabrica plana y recta y se empaqueta en cajas rectas de bajo volumen. Sin embargo, cuando se hierve, adquiere otras formas.
El profesor Eran Sharon, del Instituto Racah de Física de la Universidad Hebrea de Jerusalem, le dice a PackagingInsights : “El empaque de láminas planas es la forma más eficiente, acercándose al 100% de eficiencia, en comparación con el empaque óptimo típico del 60-70% en 3D”.
“Esta [eficiencia de espacio] implica un ahorro significativo en los costos de envío y almacenamiento. Nuestra tecnología de pasta que cambia de forma tiene el potencial de transformar el proceso de fabricación, transporte y almacenamiento”, agrega Sharon.
Ahorros en paquetes planos
Las pastas como fettuccine, linguini y spaghetti son alargadas, rectas y en paquetes planos para el transporte en cajas de pequeño volumen. Sin embargo, sus contrapartes giratorias, retorcidas, de codo y corbatín se empaquetan en cajas de gran volumen que consumen espacio.
Los investigadores explican que sus hallazgos tecnológicos significan que la pasta se puede almacenar en envases menos voluminosos, esencialmente en formato de paquete plano, mientras que la pasta prefabricada en formas como fusilli o farfalle a menudo tiene espacios vacíos para acomodar las formas 3D.
Otras ventajas del envasado de pasta en paquete plano son:
- Ahorra espacio para el transporte y almacenamiento.
- Se puede “preprogramar” para cambios de forma específicos con una amplia gama de configuraciones.
- Mejora la participación del usuario.
- Las hojas grandes se pueden cortar en casa para una experiencia creativa y divertida.
- La fabricación es económica y simple (no implica la impresión 3D).
Todo en la idea
Sharon dice que el verdadero desafío fue idear la idea y darse cuenta de que lo que sucede en una vaina de semillas de plantas o una hoja de gel en el laboratorio también debería funcionar en una hoja de pasta simple.
“La implementación fue sorprendentemente fluida y no hubo desafíos técnicos reales. Es como si estuviera esperando a ser descubierto y luego todo estuviera ahí”.
El equipo dice que está buscando comercializar la técnica de fabricación, que afirma podría reducir el empaque y, a su vez, reducir las emisiones de carbono para los productores.
Potencial de escalabilidad
Yissum, la empresa de transferencia de tecnología de la Universidad Hebrea de Jerusalem, hizo el anuncio sobre la “tecnología innovadora” y trabajará con el equipo de investigación para escalarla. El Dr. Itzik Goldwaser, CEO de Yissum, dice: “La industria mundial del embalaje está muy atrasada en innovación y la pasta que cambia de forma del profesor Sharon y el Dr. Levin puede ofrecer una solución creativa con un gran impacto”.
Sharon explica que, junto a su equipo que también lo integran físicos y diseñadores, descubrieron que es una combinación excelente, “dado que toda la invención se basa en nuevos desarrollos en la física de SoftMatter, existe la necesidad de experiencia científica tanto para apuntar a nuevos opciones y en la resolución de problemas”.
“Los diseñadores introducen el aspecto humano: el potencial para afectar a las personas y el medio ambiente, así como acciones de investigación intensivas y rápidas”.
El costo del espacio desperdiciado
Según un estudio reciente de Forbes Insights, el empaque no optimizado puede reducir las emisiones y el costo, lo que significa que las empresas están pagando un 25% más por enviar aire y perdiendo valioso espacio de transporte en el proceso.
“El potencial de esta tecnología [de pasta] es inmenso, y espero verla fuera del laboratorio para ‘sorprender’ a los consumidores y generar un impacto positivo tanto para los consumidores como para las empresas”, afirma Sharon.
“La capacidad de reducir los costos de envío y almacenamiento, al tiempo que agrega ahorros de carbono que permiten cambiar la marca de la pasta como una opción ecológica es una victoria para todos los involucrados. Estamos entusiasmados de ayudar a que este proyecto dé el salto del laboratorio a las tiendas de comestibles en un futuro cercano”.
Fuente: FoodIngredientsFirst