Resolviendo delitos complejos contra la vida silvestre

Esto es fundamental porque los delitos contra la vida silvestre son uno de los principales impulsores de la pérdida de biodiversidad en todo el mundo, y la capacidad de investigar y enjuiciar estos casos de manera efectiva es esencial para proteger las especies en peligro de extinción y hacer cumplir las leyes de conservación.

Desde buitres envenenados hasta gacelas furtivas, las escenas de crímenes contra la vida silvestre rara vez se parecen a las de la televisión. Pero gracias al trabajo de la Dra. Gila Kahila Bar-Gal de la Escuela de Medicina Veterinaria de la Universidad Hebrea, las probabilidades de atrapar a los criminales ambientales han mejorado.

En un nuevo estudio, la Dra. Kahila Bar-Gal presenta un enfoque innovador e integrador para la ciencia forense de la vida silvestre. Su trabajo demuestra cómo la combinación de herramientas genéticas avanzadas con bases de datos locales puede ayudar a las autoridades de conservación a resolver incluso los delitos ambientales más complejos que involucran a múltiples especies, tanto silvestres como domésticas.

Los delitos contra la vida silvestre no son una cuestión marginal. Clasificado entre los cinco principales ilícitos mundiales, contribuye directamente a la pérdida de biodiversidad y al declive de especies ya en peligro de extinción. En Israel, eso incluye al buitre leonado euroasiático en peligro crítico de extinción y a las gacelas de montaña, todos los cuales fueron fundamentales para los casos forenses examinados en el estudio.

“Cuando se encuentra un buitre envenenado o se mata una gacela fuera de temporada, no solo se busca a un sospechoso, sino que a menudo se trata de pruebas contradictorias que pueden incluir varias especies, algunas protegidas y otras no”, explica Kahila Bar-Gal. “La única forma de desenredarlo es a través de un análisis preciso y de múltiples capas”.

Su investigación muestra tres casos de la vida real relacionados con el envenenamiento ilegal y la caza furtiva. Cada uno requirió un análisis genético molecular, incluida la identificación de especies, la asignación de poblaciones y la comparación de muestras individuales con bases de datos de ADN globales y locales. El objetivo: no solo identificar la especie, sino demostrar, más allá de toda duda razonable, que se cometió un delito contra la vida silvestre.

El poder de este método radica en su adaptabilidad. Puede diferenciar entre animales salvajes y domésticos en una muestra incautada, rastrear el origen geográfico de una especie e incluso confirmar si varios restos provienen del mismo individuo.

“Los organismos encargados de hacer cumplir la ley necesitan herramientas rápidas y rentables en las que puedan confiar”, añade Kahila Bar-Gal. “Nuestros protocolos están diseñados para ser precisos y prácticos, porque salvar una especie a menudo se reduce a resolver casos forenses”.

Este estudio fortalece el creciente campo de la ciencia forense de la vida silvestre y ofrece a las autoridades encargadas de hacer cumplir la ley, desde los guardaparques hasta los agentes de aduanas, un nuevo conjunto de herramientas en la lucha contra los delitos ambientales.

El documento de investigación titulado “Beyond species identification: integrative methodologies for solving complex wildlife forensic cases”, ya está disponible en Frontiers in Ecology and Evolution.

Investigadora:
Dra. Gila Kahila Bar-Gal
Escuela Koret de Medicina Veterinaria, Facultad de Agricultura, Universidad Hebrea de Jerusalem.