La política y el poder del conocimiento fáctico

El conocimiento fáctico puede reducir la polarización sobre temas polémicos. Las personas están abiertas a aprender hechos que desafíen sus creencias y que la información precisa puede promover un discurso más saludable.

Un nuevo estudio codirigido por el Dr. Eran Amsalem de la Universidad Hebrea de Jerusalem y el Dr. Michael Nicholas Stagnaro del MIT, desafía las creencias de larga data sobre el papel de la información en el discurso político: el conocimiento fáctico, en lugar de profundizar las divisiones políticas, puede ayudar a superarlas.

El estudio puso a prueba una teoría ampliamente aceptada en la ciencia política, a saber, que la exposición a la información lleva a los individuos a atrincherarse más en sus puntos de vista debido a un razonamiento políticamente motivado.
Según esta teoría, las personas tienden a rechazar los hechos que contradicen sus creencias mientras abrazan aquellos que las apoyan, lo que lleva a una mayor polarización. Sin embargo, los hallazgos de esta nueva investigación cuentan una historia diferente.

Una muestra representativa de más de 1.000 estadounidenses participó en un experimento aleatorio centrado en el polémico tema del control de armas. A los participantes se les presentó un gran volumen de hechos creíbles, algunos que respaldaban sus opiniones existentes y otros que los desafiaban, y recibieron incentivos modestos para interactuar con el material. Sorprendentemente, los participantes no rehuyeron la información contra-actitudinal; la leyeron, la aprendieron y la retuvieron. Incluso un mes después, su conocimiento persistió, al igual que el cambio en sus actitudes.

En lugar de volverse más extremos, los individuos se movieron hacia puntos de vista más moderados. Es importante destacar que esta despolarización se produjo sin un aumento correspondiente de la hostilidad emocional hacia aquellos con opiniones opuestas, lo que indica que el conocimiento afectó a las actitudes políticas sin alimentar la animosidad interpersonal.

“Nuestro estudio muestra que las personas tienen una mente más abierta de lo que a menudo suponemos”, dijo Eran Amsalem, profesor titular del Departamento de Comunicación y Periodismo de la Universidad Hebrea.

“Cuando a las personas se les dan hechos equilibrados y de alta calidad y una razón para aprenderlos, no se aferran simplemente a sus viejas creencias, sino que las revisan. Esto ofrece un mensaje esperanzador: el conocimiento fáctico, cuando se imparte adecuadamente, puede ser un poderoso antídoto contra la polarización en una serie de cuestiones polémicas”.

¿Por qué esto es importante ahora?

Este estudio llega en un momento crucial. A medida que se intensifica la polarización política en las democracias de todo el mundo, es más importante que nunca comprender cómo fomentar un diálogo significativo. La desinformación, la retórica cargada de emociones y las cámaras de eco de los medios de comunicación a menudo dominan la esfera pública, dejando poco espacio para los matices o el aprendizaje. En este contexto, la idea de que las personas pueden cambiar de opinión cuando se les presenta información equilibrada y precisa es sorprendente y profundamente alentadora.

La investigación desafía el creciente cinismo sobre la capacidad de las personas para participar de manera constructiva a través de las divisiones ideológicas. Ofrece evidencia de que la despolarización no es solo un ideal teórico, sino un resultado alcanzable, si se utilizan las herramientas de información adecuadas. En una época en la que el extremismo y la animosidad se propagan fácilmente y la confianza en las instituciones es frágil, los hallazgos ponen de relieve un camino a seguir: al hacer accesible información fiable y equilibrada e incentivar el compromiso con ella, las sociedades aún pueden recuperar el término medio.
Implicancias para la política y el discurso público

Al destacar que la información precisa y equilibrada puede conducir a cambios genuinos en las creencias, el estudio ofrece un contrapunto convincente a la creciente frustración con el discurso polarizado. Sugiere que la educación cívica, las políticas públicas y las prácticas de los medios de comunicación deben priorizar no solo la precisión de la información, sino también su presentación y accesibilidad. En última instancia, esta investigación podría informar nuevos enfoques sobre el periodismo, los planes de estudio educativos e incluso el diseño de plataformas de redes sociales, fomentando conversaciones más saludables y productivas en sociedades democráticas.

El trabajo de investigación titulado “Factual knowledge can reduce attitude polarization” ya está disponible en Nature Communications.

Investigadores:
Michael Nicholas Stagnaro1 y Eran Amsalem2.

Instituciones:
1) Sloan School of Management, Instituto Tecnológico de Massachusetts.
2) Departamento de Comunicación y Periodismo, Universidad Hebrea de Jerusalem.