En un mundo reinventado debido al Coronavirus, donde el distanciamiento social, las regulaciones de higiene y las restricciones gubernamentales se infunden en casi todas las actividades, las ciudades se ven obligadas a reinventar la arena pública.
El municipio de Tel Aviv-Yafo, hogar de casi medio millón de personas, estaba decidido a combatir el miedo y la depresión económica engendrada por las medidas de quedarse en casa, al tiempo que garantizaba la existencia de un ambiente acogedor, verde, seguro y equitativo.
Por lo tanto, el municipio recurrió a la Clínica Urbana de la Universidad Hebrea, reconocida por su experiencia en proyectos de planificación comunitaria, para ayudar a desarrollar su estrategia de salida del bloqueo. La combinación de la Clínica Urbana de profundidad académica y experiencia práctica lo colocó en una posición única para guiar al municipio y desarrollar soluciones creativas.
La Clínica Urbana, en asociación con el Laboratorio de Innovación y Sostenibilidad Urbana de la Universidad de Tel Aviv, desempeñó un triple papel. Como convocante, establecieron el foro para la estrategia de salida, reuniendo a unos 50 especialistas en transporte, bienestar, vivienda, economía, sociología y arquitectura. Estos incluyeron profesionales y académicos, así como decisores de los municipios de Tel Aviv, Jerusalem y Beer Sheva. El papel de la Clínica en permitir que todas estas personas hicieran un torbellino de ideas, virtualmente, fue crucial.
En su segunda tarea, como curador, la Clínica organizó y moderó una serie de reuniones semanales de Zoom, con sesiones breves para analizar cada tema en profundidad. La Clínica diseñó cuidadosamente estas reuniones para facilitar el intercambio de información, el pensamiento creativo y las discusiones abiertas.
La tercera función de la Clínica fue pedagógica: educar a los miembros del foro mediante la preparación de resúmenes y la experiencia del extranjero en escenarios posteriores al cierre, al tiempo que creaba un formato eficiente para tomar medidas prácticas y alcanzar resultados concretos. El tiempo era esencial: los residentes ansiaban la normalidad, sin embargo, estaba claro que la estrategia de salida también tenía que ser sólida, marcando la diferencia en la calidad de vida de los residentes y el manejo continuo de la pandemia.
Uno de los principales objetivos del foro era proporcionar servicios a los habitantes vulnerables de la ciudad. El desafío consistía en satisfacer sus necesidades en lugares públicos, al tiempo que se mantenía el distanciamiento social. Quedó claro que compartir espacios iba a ser vital. Con la guía de la Clínica, el foro identificó ubicaciones subutilizadas. Por ejemplo, recomendaron usar escuelas por la tarde y centros comunitarios por la mañana. De esta manera, las actividades comunitarias y los servicios sociales podrían proporcionarse de manera segura. Este formato tuvo un gran éxito y se espera que sirva de modelo para otras ciudades de Israel.
Aquí puede encontrar un artículo en profundidad sobre Hadas Tzin, una integrante de la Clínica Urbana muy involucrada en estos esfuerzos.