Un nuevo estudio revela un proceso que a menudo se pasa por alto en el aprendizaje de idiomas: los niños con frecuencia comienzan con frases completas y solo más tarde identifican los componentes individuales dentro de ellas.
Un estudio reciente dirigido por la Prof. Inbal Arnon del Departamento de Psicología de la Universidad Hebrea de Jerusalem, en colaboración con la Prof. Susan Goldin-Meadow del Departamento de Psicología de la Universidad de Chicago, ha revelado nuevos conocimientos sobre cómo los niños aprenden el lenguaje.
Tradicionalmente, se ha pensado que los niños se acercan al lenguaje construyendo estructuras más grandes, como palabras y oraciones, a partir de unidades más pequeñas, como sílabas. Sin embargo, el trabajo anterior de Arnon destaca un proceso igualmente vital: los niños a veces comienzan con frases completas y luego identifican las partes dentro de ellas.
En este artículo, los investigadores muestran este proceso en niños no expuestos a la información lingüística: esto desafía la idea de que el enfoque de los niños hacia el lenguaje está estrictamente determinado por la naturaleza segmentada o no segmentada de la entrada lingüística.
En cambio, sugiere que los niños pueden aportar un sesgo natural hacia el aprendizaje holístico, ayudándoles a adquirir el lenguaje de maneras versátiles.
Los investigadores exploraron este proceso centrándose en los homesigners, niños sordos que, al no estar expuestos al lenguaje hablado o de señas, crean sus propios sistemas de comunicación gestual. Estos sistemas de señas comparten muchas características de los lenguajes naturales, pero se desarrollan independientemente de un modelo de lenguaje convencional.
El estudio reveló que los homesigners de casa inicialmente usan gestos para representar significados completos, sin desglosar en componentes distintos como formas o movimientos específicos de las manos. Sin embargo, a medida que crecen, estos niños comienzan a diseccionar estos gestos completos, creando partes más pequeñas y significativas que pueden recombinar para transmitir significados matizados.
Sorprendentemente, este aprendizaje de todo a parte surgió incluso sin la entrada lingüística que generalmente alienta a los niños a analizar la estructura del lenguaje.
“Nuestros hallazgos indican que los niños no solo responden a su entorno, sino que pueden tener una preferencia inherente por ciertas formas de aprender el lenguaje, incluida la capacidad de comenzar con significados amplios y descubrir partes más tarde”, explica la profesora Arnon. “Esto tiene implicaciones importantes para comprender la flexibilidad y la resiliencia del aprendizaje de idiomas en diferentes contextos. La capacidad de los niños para comprender el lenguaje pasando de la totalidad a las partes puede satisfacer las necesidades comunicativas tempranas, permitiéndoles transmitir ideas complejas antes de desarrollar estructuras más intrincadas”.
Los hallazgos del estudio sugieren que el aprendizaje de todo a parte no es solo una alternativa para situaciones en las que la entrada del lenguaje es difícil de segmentar; más bien, es un enfoque que los niños aportan naturalmente a la comunicación.
Esta visión tiene implicaciones más amplias, desde la comprensión de cómo las lenguas evolucionan y se adaptan a lo largo de las generaciones hasta el examen de las etapas de desarrollo de las lenguas de señas emergentes como la lengua de señas nicaragüense, que también exhiben una transición de formas holísticas a partes más segmentadas y combinables.
La investigación de la Prof. Arnon y la Prof. Goldin-Meadow ofrece una nueva perspectiva sobre la adquisición del lenguaje, destacando que los niños pueden comenzar con expresiones holísticas y desarrollar gradualmente la capacidad de analizar y recombinar partes. Este enfoque subraya la adaptabilidad del lenguaje humano en diversos contextos, desde las lenguas habladas hasta los sistemas de señas y más.
El artículo de investigación titulado “Whole-to-part development in language creation”, ya está disponible en Trends in Cognitive Sciences.
Investigadores:
Susan Goldin-Meadow1, Inbal Arnon2.
Instituciones:
1) Departamento de Psicología, Universidad de Chicago.
2) Departamento de Psicología, Universidad Hebrea de Jerusalem.