Atracción física y mental, pasiones y valores compartidos, sexualidad… ¿de todo ello nace una relación sentimental?
Equivocado. Al menos según lo publicado por los investigadores del Departamento de Psicología de la Universidad Hebrea de Jerusalem, dirigidos por la doctora Shir Atzil. Según ellos, el vínculo con la pareja surge y depende de la capacidad de sincronizar los cuerpos.
Siempre se ha pensado, en términos evolutivos, que la elección de pareja se basaba en características como el aspecto físico, la fuerza y la fertilidad, todo ello encaminado a asegurar la supervivencia de la descendencia. Las teorías más recientes, por otro lado, enfatizan la importancia de la co-regulación durante las interacciones sociales, es decir, la coordinación de la fisiología y el comportamiento entre los socios.
Hoy, en un escenario parcialmente cambiado, la elección de la pareja no parece estar tan razonada: la atracción inicial se desarrolla temporalmente durante una interacción que ve muchas adaptaciones fisiológicas y conductuales recíprocas inmediatas entre dos personas.
¿Qué es la sincronía fisiológica?
La sincronía fisiológica ha sido estudiada durante mucho tiempo en las relaciones de apego madre e hijo, entre las cuales ocurren procesos fisiológicos como la sincronización de los latidos del corazón, la coordinación cognitiva, emocional y conductual, combinación que aumenta el vínculo afectivo. Los autores del estudio investigaron esta comunicación del cuerpo dentro de la pareja.
Los investigadores observaron cómo encajaban la fisiología y el comportamiento de una pareja heterosexual durante la primera reunión. El estudio se basó en un experimento de citas rápidas que constaba de cuarenta y seis citas, cada una de cinco minutos de duración, durante las cuales se midieron los niveles de regulación fisiológica de cada pareja con una banda en la muñeca.
Se registró la actividad electrodérmica, es decir, la variación continua de las características eléctricas de la piel, controlada por el sistema nervioso simpático, que refleja el nivel de excitación y la orientación de la atención.
Las citas se grabaron en video y se realizó un análisis de video automatizado para extraer el movimiento de cada socio píxel por píxel, cuadro por cuadro, a una frecuencia de 10 Hz. Son gestos simples, como asentir, mover el brazo, mover o cruzar una pierna.
Tras el encuentro, la pareja valoró el interés, el aspecto físico y la atracción sexual que sentían el uno por el otro.
Los resultados muestran que cuando los participantes sincronizan su fisiología y adaptan sus movimientos de comportamiento entre sí durante la cita, se sienten atraídos románticamente.
Los datos recogidos y las imágenes grabadas así lo confirman. Por lo tanto, la sincronía conductual y fisiológica puede ser un mecanismo útil para estudiar las relaciones y también para atraer a una pareja romántica.
Todavía no está claro, sin embargo, si es la sincronía la que aumenta la atracción o esta última la que genera una mayor sincronización. Los estudios continúan en esta dirección.
Fuente: Breaking Latest News