Un nuevo estudio revela que la sincronía fisiológica, la alineación de las respuestas fisiológicas entre los individuos, mejora significativamente la atracción romántica percibida. Los resultados muestran que algunos individuos son supersincronizadores, naturalmente, se sincronizan bien en contextos sociales y no sociales, y que se perciben como más atractivos románticamente.
Un nuevo estudio dirigido por la Dra. Shir Atzil y su equipo del Departamento de Psicología de la Universidad Hebrea revela ideas intrigantes sobre los mecanismos de los vínculos románticos, centrándose particularmente en la sincronía fisiológica, la alineación de las respuestas fisiológicas entre los individuos, y su impacto en la atracción romántica percibida.
La sincronía fisiológica se refiere a la alineación de las respuestas fisiológicas entre los individuos. Esto puede incluir parámetros como la frecuencia cardíaca, la respiración y la conductancia de la piel. Cuando dos personas están fisiológicamente sincronizadas, sus funciones corporales se alinean de una manera que es medible y, a menudo, ocurre naturalmente durante las interacciones.
La investigación integró métodos experimentales y observacionales para investigar cómo la sincronía fisiológica influye en el atractivo romántico.
Un experimento online en el que participaron 144 individuos, demostró que la inducción de sincronía entre los actores aumentaba significativamente sus índices de atractivo.
Investigaciones posteriores en un escenario de citas rápidas basadas en el laboratorio con 48 participantes identificaron individuos con una propensión naturalmente alta a sincronizarse tanto en contextos sociales como no sociales, denominados ‘supersincronizadores’. Estos individuos fueron consistentemente calificados como más atractivos románticamente, lo que subraya el potencial de la alineación fisiológica para mejorar significativamente el atractivo percibido.
La Dra. Atzil explica: “Nuestros hallazgos sugieren que la capacidad de sincronizarse con los demás podría no ser solo una habilidad social, sino que podría provenir de habilidades sensoriomotoras más fundamentales que requieren que un individuo se adapte a las entradas dinámicas. Esta adaptabilidad, ya sea en respuesta a señales sociales o patrones rítmicos, se percibe como atractiva, potencialmente debido a las consecuencias fisiológicas beneficiosas que puede tener una pareja sincrónica”.
El estudio propone que los estados fisiológicos sincronizados pueden mejorar la regulación en varios sistemas corporales, haciendo que estas interacciones sean más satisfactorias. Además, la sincronía efectiva puede indicar ventajas cognitivas y evolutivas, lo que sugiere una importancia biológica más profunda de este rasgo.
A pesar de estos prometedores conocimientos, la Dra. Atzil señala las limitaciones de la investigación. “El diseño transversal de nuestro estudio limita nuestra capacidad para sacar conclusiones definitivas sobre la estabilidad a largo plazo de la sincronía como rasgo y su relación causal con la atracción romántica”, comenta. Las investigaciones futuras profundizarán en estas dinámicas, especialmente teniendo en cuenta las implicaciones de la sincronía en las relaciones románticas sostenidas y en las diferentes orientaciones sexuales.
Este estudio no solo avanza nuestra comprensión de la atracción romántica, sino que también allana el camino para una mayor exploración de cómo la sincronía fisiológica y conductual puede dar forma a las relaciones humanas en contextos más amplios.
El trabajo de investigación titulado “Social and nonsocial synchrony are interrelated and romantically attractive”, ya está disponible en Communications Psychology.
Investigadores:
Matan Cohen, Maayan Abargil, Merav Ahissar y Shir Atzil.
Departamento de Psicología, Universidad Hebrea de Jerusalem.