El riego con aguas residuales tratadas y lodos de depuradora aporta aditivos para neumáticos a las hortalizas de hoja verde.
Los neumáticos de automóvil contienen cientos de aditivos químicos que pueden filtrarse. Así acaban en los cultivos y posteriormente en la cadena alimentaria.
Investigadores de la Facultad de Agricultura, Alimentación y Medioambiente de la Universidad Hebrea de Jerusalem y del Centro de Microbiología y Ciencia de Sistemas Ambientales de la Universidad de Viena han detectado por primera vez estos residuos químicos en hortalizas de hoja.
Aunque las concentraciones eran bajas, la evidencia era clara, un hallazgo que también se conoce en el caso de los residuos de medicamentos en los alimentos de origen vegetal.
El estudio fue publicado en la revista de renombre internacional Frontiers in Environmental Science.
La presencia de residuos de medicamentos en frutas y verduras comercializadas ya ha sido investigada científicamente en numerosas ocasiones. Sin embargo, las sustancias químicas procedentes del desgaste de los neumáticos, los llamados aditivos, también llegan a la cadena alimentaria.
Esto se ha demostrado ahora en un nuevo estudio realizado por un equipo de investigación internacional dirigido por Thilo Hofmann en el Centro de Microbiología y Ciencia de Sistemas Ambientales de la Universidad de Viena (CeMESS) en colaboración con un equipo de la Universidad Hebrea de Jerusalem dirigido por el Prof. Benny Chefetz.
Se examinaron hortalizas de Suiza e Israel. Algunas de estas sustancias y sus productos de transformación pueden plantear riesgos ecológicos y toxicológicos.
Los neumáticos de coche se componen de una mezcla compleja de materiales que mejoran su rendimiento y durabilidad. Estos incluyen entre un 5% y un 15% de aditivos químicos, que comprenden cientos de sustancias, por ejemplo, antioxidantes, antiozonantes, agentes vulcanizantes, agentes antienvejecimiento y muchos más, para permitir el rendimiento de alta tecnología de un neumático moderno. “La toxicidad de las partículas de desgaste de neumáticos y carreteras está relacionada con sus aditivos orgánicos y productos de transformación asociados”, explica Anya Sherman, estudiante de doctorado en CeMESS y primera autora del estudio publicado recientemente.
Los compuestos extraídos de los neumáticos de los automóviles llegan a la agricultura mediante la deposición atmosférica, el riego con aguas residuales tratadas y el uso de lodos de depuradora como fertilizante. “Allí pueden ser absorbidos por las plantas y así llegar también a los humanos”, añade Thilo Hofmann, jefe del grupo de investigación.
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