HU Hadassah Hospital

El Hadassah es pionero en la investigación relacionada con la fibrosis quística

ItonGadol recorrió el Centro Médico Hadassah y entrevistó a la doctora israelí de origen argentino Malena Cohen-Cymberknoh, Profesora Asociada de la Universidad Hebrea de Jerusalem y directora de la Unidad de Neumología Pediátrica y del Centro de Fibrosis Quística (FQ), que en octubre pasado recibió un premio de manos del presidente del Estado de Israel, Isaac Herzog.
Dra. Malena Cohen-Cymberknoh
Dra. Malena Cohen-Cymberknoh

“Israel, comparado con otros países, dedica gran parte de su presupuesto a todo lo que tiene que ver con medicina y tecnología. Pero en lo que respecta a mi especialidad específicamente, las últimas medicaciones, que son muy costosas, fueron descubiertas en los últimos 10 años, y nuestros pacientes tienen la suerte de que las pueden recibir en forma gratuita. Esto no pasa en la mayoría de los países. Por eso tenemos un nombre muy importante a nivel mundial en cuanto a nuestro Centro en el Hospital Hadassah, y por eso muchos de los trabajos de investigación los realizamos acá. Somos pioneros en muchos temas en cuanto a la fibrosis quística”, expresó la Dra. Cohen.

“En el campo de la neumología pediátrica y específicamente en temas de fibrosis quística, tenemos un nombre muy importante en el país, pero también a nivel mundial. De hecho, estamos bastante más adelantados que cualquier otro país en cuanto a lo que tiene que ver principalmente con diagnóstico y tratamiento. Las últimas medicaciones, que son muy costosas, fueron descubiertas y existen en el mercado en los últimos 10 años, y nuestros pacientes tienen la suerte de que las pueden recibir en forma gratuita”, destacó Cohen-Cymberknoh.

El honor que recibió es un premio que se otorga a los inmigrantes que llegaron al Estado de Israel a partir 1983 y que se han destacado en diferentes campos. Se entregan 5 premios por año, en diferentes ítems: medicina, ciencia, tecnología, deporte, artes. Este año la Dra. Cohen el premio de medicina.

En ese contexto, la doctora contó cómo fue su experiencia personal al decidir vivir en Israel y se convirtió en un ejemplo para otros jóvenes que están pensando en hacer aliá.

-¿En qué consistió el último nombramiento que recibió?

-El 1° de enero del 2021 recibí formalmente la jefatura del Servicio de Neumología Pediátrica de los dos centros de Hadassah, Ein Keren y Monte Scopus, y el Centro de Fibrosis Quística. Respecto a la Universidad Hebrea de Jerusalem, a la que también pertenezco, un mes después, hace poco menos de un año, recibí el nombramiento y el título de Profesor Asociado de la Universidad Hebrea. Fue un año con muchos avances y logros, a nivel profesional y personal.

-Israel es un país adelantado en lo que respecta a avances tecnológicos y ciencia. Con este nombramiento, usted será un puntito más dentro de todo este mundo de Israel.

-Nosotros tenemos un nombre muy importante por supuesto en el país, pero también a nivel mundial. De hecho, estamos bastante más adelantados a cualquier otro país en cuanto a lo que tiene que ver principalmente a diagnóstico y tratamiento. Además, lideramos varios de los ensayos clínicos nacionales e internacionales, de los cuales yo soy la investigadora principal. Pero yo no trabajo sola, por supuesto. Tengo un excelente equipo de médicos y profesionales de otras especialidades que trabajan junto a mí.

Israel, comparado con otros países, dedica gran parte de su presupuesto a todo lo que tiene que ver con medicina y tecnología. Pero en lo que respecta a mi especialidad específicamente, las últimas medicaciones, que son muy costosas, fueron descubiertas en los últimos 10 años, y nuestros pacientes tienen la suerte de que las pueden recibir en forma gratuita. Esto no pasa en la mayoría de los países. Por eso tenemos un nombre muy importante a nivel mundial en cuanto a nuestro Centro en el Hospital Hadassah, y por eso muchos de los trabajos de investigación los realizamos acá. Somos pioneros en muchos temas en cuanto a la fibrosis quística. En nuestro Centro se realizan los primeros ensayos clínicos de algunas drogas. Yo creo que eso nos posiciona en un muy alto lugar en cuanto a lo que es específicamente la enfermedad fibrosis quística a nivel nacional y mundial, y algunas otras enfermedades respiratorias.

-¿Cómo se decide la gratuidad?

-Tiene que ver con muchas causas. Sin lugar a dudas, todos los médicos de todo el mundo estamos de acuerdo en que estas nuevas drogas trajeron un cambio increíble en los pacientes. Y cuando los resultados son tan buenos y los pacientes mejoran tanto, Israel lo pone como prioridad poder ayudarlos. Entonces, de nuestro lado, pudimos demostrar y convencer de alguna forma a todas estas comisiones que se reúnen y deciden cada año qué droga poner en la canasta de salud. Y gracias a eso los últimos años nuestros pacientes pueden adquirir en forma gratuita el tratamiento más avanzado.

-Con el cáncer no pasa lo mismo, son muy caras las medicaciones. Quizás el tema pediátrico es más sensible…

-En nuestro caso, hablamos de números menores que lo que se habla en cáncer. De hecho, estas nuevas medicaciones primero se prueban en adultos y después en niños. La mayoría de nuestros pacientes, hoy en día, son adultos, mayores de 18 años. Algunas de estas drogas todavía no están permitidas para dar a los pacientes más pequeños.

-En otras patologías, como el asma, ¿también se avanzó?

También se avanzó en lo general, hay algunas pocas drogas nuevas los últimos años. Justamente en lo que tiene que ver con asma, hace muy poco publicamos un paper. Lo que hicimos fue recolectar datos de todas las internaciones, en todo el país, de los últimos 20 años a través del Servicio de Epidemiología del ministerio de Salud, y lo que pudimos ver es que en los últimos años hay muchísimas menos hospitalizaciones de niños por causa de asma. Era algo que nos llamaba mucho la atención y una de las causas por las cuales aparentemente se puede explicar eso, es que todo lo que sea tratamiento fuera del hospital, ambulatorio, ha mejorado con el tiempo. Hay mejores medicaciones, pero también hay mucho mejor control médico fuera del hospital, por lo cual como consecuencia, menos casos graves que hay que internar. Pero otro objetivo en este trabajo fue ver si hay diferencias regionales en Israel en cuanto al número de pacientes que se internan en las diferentes zonas del país.

-¿Y que arrojó?

-El país está dividido en seis “distritos” y vimos algo interesante: en Jerusalem tenemos el número más bajo de hospitalizaciones durante todos los 20 años. Hace 20 años los números eran muy bajos respecto a otras zonas, mucho más abajo que Tel Aviv, y aún hoy los números son los más bajos. Tel Aviv hace 20 años tenía un número muy alto de internación, pero es la ciudad donde el número de internaciones bajo más significativamente, y llega casi a los valores de Jerusalem. Pero otras ciudades, por ejemplo, en la periferia, como el norte o Haifa, o Beersheva, en la zona del sur, tienen números aun hoy más altos. No tenemos todas las explicaciones, pero hay diferentes causas. Por ejemplo, se puede ver que en las ciudades como Tel Aviv o el centro del país, hay más médicos por habitante y eso podría también explicar que los resultados son mejores ya que hay mayor seguimiento ambulatorio de los pacientes. En asma, específicamente, si una familia tiene muchos hijos, hay mayor número de ataques de asma en relación, porque la principal causa de un ataque de asma es viral, principalmente en la población pediátrica. Entonces se podría decir que en Jerusalem, que hay mucho más hacinamiento que lo que hay en Tel Aviv, tendría que haber un número mucho mayor, sin embargo no es lo que vimos. Si hablamos del clima, se podría creer que podría influir, pero si hablamos de Haifa y Tel Aviv que tienen una diferencia de 100 kilómetros, deberíamos ver resultados similares, y no es lo que ocurre.

Después, si nos fijamos en porcentaje de vacunación contra la gripe (este trabajo concluye antes de la era del COVID), podría verse que esto influye también: menos gripe, traería como resultado menos ataques de asma. Pero es bastante similar en todo el país el porcentaje de vacunación contra la gripe, y tampoco eso nos explica todo. Entonces todavía nos quedamos con ganas de seguir investigando, ya que no pudimos entender cuáles son las causas de esta diferencia en cuanto a la internación en los diferentes sectores.

-¿Cree que está generando un aporte a su especialidad?

-Sí, yo creo que nosotros, por una serie de factores, tenemos mucho para aportar. Primero, estamos en un Hospital universitario, donde tenemos la suerte y la posibilidad de poder investigar, de poder tener apoyo como para poder hacer diferentes ensayos clínicos y estudios de todo tipo. Eso nos posiciona un poco mejor respecto a otros hospitales en el país y también en el exterior. Y al tener tantos avances en el Hospital, tenemos mucho para brindarles sobre nuestra experiencia, a otros lugares también. De hecho, yo tengo proyectos en Sudamérica, Centroamérica y en Europa, en lo que tiene que ver con enfermedades crónicas especialmente en la fibrosis quística.

-Respecto al coronavirus, hay padres que aún dudan en vacunar a sus hijos…

-Yo me pregunto, ¿por qué no vacunarlos? Es una vacuna que ya vimos que es efectiva, vimos que es segura, los ensayos se hicieron también en niños pequeños. Ya se dio la vacuna a una cantidad bastante importante de chicos para ver que no hubo efectos adversos. Cuando uno tiene que tomar una decisión, tiene que ver si el riesgo es mayor que el beneficio, y todavía sigue habiendo riesgo de adquirir la enfermedad. Entonces, yo no veo ninguna razón por la cual no vacunar a los chicos. Yo se lo recomiendo a mis pacientes. Mis hijos están todos vacunados, incluso mi hija que tiene 9 años, también la vacuné.

-¿Cómo fue la nominación para recibir este premio de manos del presidente?

-Este premio comenzó en los últimos 5 años, por una decisión de la ministra de Alía, la Sra. Pnina Tamano Shata. Ella quería realzar todo lo que tiene que ver con la aliá y con los olim jadashim. Hace unos meses recibí una llamada de una conocida que trabaja en la Organización de Latinoamericanos en Israel (OLEI), que me habló del premio y me dijo que les gustaría que yo me presentara porque tenía posibilidad de ganarlo. Ellos habían recibido recomendaciones mías de la Agencia Judía, con quienes tengo contacto desde hace unos años, y fui invitada por ellos a viajar a Argentina junto con una comisión de gente para incentivar la aliá.

Es un premio (se reparten 5 por año), a un representante de cada uno de los diferentes rubros: medicina, ciencia, sociedad, deporte y arte. Cada año se elige a uno de cada una de las disciplinas. Y bueno, al principio no sabía si tenía posibilidades de ganarlo. Pedí a algunas personas cartas de recomendación, recibí cartas muy lindas, y un día antes de Rosh Hashaná, la ministra me llamó para felicitarme. Me dijo que leyó mi currículo, que leyó las cartas, que se emocionó un montón y según ella, “no hay nadie que se lo merezca más que yo”. Me dijo cosas muy lindas y la verdad para mí fue increíble. Cuando me dijo que iba a haber un acto y que iba a recibir el premio de manos de ella y de manos del presidente, me pareció algo maravilloso. Invitaron a mi familia y la verdad que fue un acto muy emocionante para mí, como médica, como israelí y como Argentina, y por supuesto un orgullo también para mi familia.

-Es ejemplificador para futuras generaciones, futuros olim…

-Sí, desde Argentina me empezó a escribir gente joven que estudia medicina, y que quiere hacer aliá, a consultarme, etc. Ellos ven que triunfé acá y les doy esperanza. Sin duda el país me abrió las puertas y hubo mucha gente buena en el camino que confió en mí, y todo esto sumado a mucho esfuerzo, me permitió llegar a donde estoy hoy en día.

-¿Cómo se gestó su aliá y su vocación de médica?

-Yo vengo de una familia muy sionista. Desde chica, mis papás quisieron que hagamos aliá y cuando tenía 15 años, hicimos aliá con mi familia. Estuvimos dos años y lamentablemente mis padres decidieron volver. Fue la época de la Guerra del Golfo, yo estaba casi terminando la escuela, estaba muy contenta en Israel, pero mis padres no me permitieron quedarme sola, y regresamos a Argentina. Así que volví y prometí en algún lugar de mí que iba a volver a Israel. Cuando volví a Argentina terminé el secundario y empecé a estudiar medicina, y seguía pensando que en algún momento iba a regresar a Israel. Sentía que era mi lugar, era donde iba a querer desarrollarme como profesional y donde soñaba criar a mis hijos. A pocos meses de mi regreso a Argentina conocí a Ariel, que es mi marido hace casi 25 años. Él en ese momento no tenía la idea de hacer aliá. Yo empecé a estudiar medicina, quedó como proyecto de alguna forma, y al final la propuesta vino de parte de él, que es ingeniero en sistemas. Cuando yo estaba en quinto año de la carrera de medicina, Intel publicó en Argentina que necesitaban ingenieros en sistemas y en electrónica. Lo citaron a varias charlas, pasó por varias entrevistas. Cuando decidieron tomarlo, para un proyecto muy importante en Intel Jerusalem, y con muy buenas condiciones de trabajo, a mí me faltaba un año para recibirme de médica. Fue una decisión bastante difícil que tomamos, teníamos a nuestro primer hijo, Tobi, que tenía casi un año. La gente de Intel aceptó esperarlo, casi un año, y cuando me recibí, hicimos aliá. El sueño se estaba cumpliendo. No iba a ser fácil, dejar a la familia, los amigos, el país. Llegar a un lugar nuevo, la reválida del título, adaptarnos a un país diferente, lejos de la familia. Pero confiamos en que todo iba a salir bien. Teníamos muchas ganas de triunfar, y podría decirse que lo logramos cada uno en lo personal, en lo profesional, y como familia.

-Vengo escuchando el rumor de que faltan médicos en Israel.

-Sí, es bastante complicado lo que pasa en Israel. Hubo una aliá muy grande en los años ‘90 en la que vinieron muchos médicos de Rusia y que llenaron casi todos los puestos, pero de todos esos médicos muchos ya se jubilaron. Por otro lado, entrar acá a la universidad a estudiar medicina es muy difícil, los requisitos son muy altos. O sea, por un lado necesitan médicos y por otro lado es difícil ser aceptado para estudiar medicina.

Yo formo parte de los médicos que hacemos entrevistas para futuros estudiantes de medicina, los postulantes. Son gente que tuvo excelentes notas en los exámenes finales, en el psicométrico, y sin embargo, todavía deben ser seleccionados. No sólo por la parte de conocimientos, de calificaciones a nivel estudio, sino que se evalúa también como son como personas, que finalmente eso es lo que determinará si podrán comenzar los estudios y llegar en un futuro a ser médicos, porque ser médico va mucho más allá que tener una buena nota.

Fuente: ItonGadol