La humildad y ser un buen oyente van de la mano

Un nuevo estudio publicado en el Journal of Positive Psychology encuentra que escuchar con cuidado y atención aumenta el nivel de humildad en cualquier conversación, lo que resulta en un ciclo de retroalimentación positiva de mayor humildad y mejor escucha.
Dra. Michal Lehmann
Dra. Michal Lehmann

Para explicar la inspiración del estudio, la autora principal, Michal Lehmann, del Departamento de Psicología de la Universidad Hebrea de Jerusalem, relata las emociones abrumadoras por las que pasó como madre primeriza. Ella afirma que la humildad, o la revelación de que ella no era el centro del mundo sino parte de algo mucho más grande, le dio alivio y la ayudó a enfrentar los desafíos de la paternidad sin miedo.

“Después de descubrir que la magia era la humildad, me interesó encontrar formas de aumentar la humildad momentánea de las personas”, explica Lehmann. “Debido a que la humildad también es la capacidad de ver las complejidades de uno mismo y del mundo, pensé que cualquier cosa que aumentara los puntos de vista complejos aumentaría la humildad”.

El laboratorio de Lehmann había realizado una investigación preliminar que mostraba que la complejidad de la actitud aumenta cuando alguien se involucra en una escucha de alta calidad. Por lo tanto, plantearon la hipótesis de que una escucha de alta calidad también aumentaría la humildad.

Los investigadores probaron esta hipótesis con diferentes diseños experimentales y encontraron que, efectivamente, escuchar aumentaba el estado de humildad de ambas partes en la conversación: el oyente y el hablante, pero especialmente el oyente.

Específicamente, su investigación se centró en dos tipos de humildad:

  1. La humildad interpersonal se refiere a comportamientos observables que se consideran humildes, como reconocer las fortalezas y contribuciones de los demás, una apertura a la retroalimentación y una orientación general hacia las necesidades de los demás.

  2. La humildad intrapersonal se refiere a la capacidad de uno para ver el yo con precisión, incluidas las fortalezas y las deficiencias de uno, y reconocer la falibilidad del yo.

“Creo que ambos tipos de humildad son inseparables y uno no puede existir sin el otro”, dice Lehmann.

Según Lehmann, ser un oyente inexperto o pobre puede afectar la vida de uno de varias maneras. Ella menciona dos:

  1. Calidad de las relaciones . Ser un mal oyente puede hacer que las relaciones más cercanas sean superficiales y carezcan de significado.

  2. Calidad de desempeño . Ser un mal oyente puede afectar la calidad del servicio que brinda, ya que es posible que no esté en la misma página que su equipo, las partes interesadas o los clientes. Por ejemplo, los vendedores que escuchan mal tienen números de ventas bajos, los médicos que escuchan mal tienen más probabilidades de ser demandados por negligencia y los gerentes que escuchan mal tienen menos probabilidades de tener subordinados que quieran seguirlos.

Por el contrario, Lehmann destaca situaciones en las que la humildad excesiva podría estar costando al individuo en lugar de ayudarlo, como cuando un individuo oculta logros importantes en la búsqueda de ser humilde.

“Creo que las personas deben ser inteligentes sobre el mejor momento para hablar sobre sus logros y fortalezas, no ocultarlos, por un lado, y definitivamente no alardear de ellos, y siempre ser sensibles con los demás a su alrededor y sus posibles respuestas”, dice. Lehmann.

Los compañeros y supervisores pueden aprovecharse de las personas con humildad en algunas situaciones y no necesariamente corresponder favorablemente a tales comportamientos, advierte Lehmann.

Para las personas que quieren convertirse en mejores oyentes, Lehmann tiene el siguiente consejo:

  • No tengas miedo al silencio. Según Lehmann, los momentos de silencio son esenciales para construir una buena conversación. Permítete estar en silencio para permitir que la otra persona hable.

  • Cree en los beneficios de escuchar. Lehmann recomienda familiarizarse con las ventajas de escuchar para ambas partes de la conversación (el que escucha y el que habla) para que uno se sienta motivado a convertirse en un mejor oyente.

Puede encontrar una entrevista completa con la psicóloga Michal Lehmann sobre su nueva investigación sobre la humildad y la escucha aquí: If You Have This Quality, It Means You Are A Good Listener.

Fuente: Forbes