La Revolución Neolítica en el sur del Levante puede haber sido provocada por incendios forestales catastróficos y la erosión del suelo impulsada por el clima. La investigación identifica un punto de inflexión natural hace unos 8.200 años que obligó a las primeras comunidades a adoptar la agricultura.
Un estudio dirigido por el Prof. Amos Frumkin de la Universidad Hebrea de Jerusalem arroja nueva luz sobre uno de los puntos de inflexión más significativos de la humanidad: la Revolución Neolítica.
El estudio presenta pruebas convincentes de que los incendios forestales catastróficos y la erosión del suelo, impulsados por los cambios climáticos naturales, pueden haber provocado la primera transición generalizada de la caza y la recolección a la agricultura en el sur del Levante hace más de 8.000 años.
La investigación desafía los debates de larga data sobre si la Revolución Neolítica fue desencadenada por la acción humana o por el clima. Utilizando un enfoque multidisciplinario, Frumkin analizó una variedad de registros ambientales, incluido el microcarbón vegetal de los sedimentos de lagos, los isótopos de carbono y estroncio de los espeleotemas de las cuevas, los niveles de agua del Mar Muerto y los depósitos de suelo en toda la región.
“Nuestros hallazgos apuntan a un período intenso de incendios forestales naturales y colapso de la vegetación causado por el aumento de los rayos durante el Holoceno temprano”, dijo el profesor Frumkin. “Es probable que estos incendios eliminaran vastas extensiones de vegetación, lo que provocó una grave degradación del suelo en las laderas y la acumulación de suelo fértil en las cuencas de los valles, lugares ideales para las primeras comunidades agrícolas”.
El estudio identifica este punto de inflexión ambiental hace unos 8.200 años, una época que coincide con un importante evento climático en el hemisferio norte. Las tormentas eléctricas secas, causadas por cambios orbitales en la radiación solar, parecen haber desempeñado un papel central en el encendido de los incendios generalizados. El resultado: un paisaje transformado en el que los antiguos recolectores tuvieron que adaptarse a las nuevas condiciones domesticando plantas y estableciéndose en valles fértiles y ricos en agua.

“Este no fue un cambio cultural gradual, fue una respuesta al colapso ambiental”, agregó Frumkin. “Es probable que la agricultura y los patrones de asentamiento hayan sido moldeados por la necesidad, no solo por la innovación”.
El artículo también destaca cómo los asentamientos neolíticos en el sur del Levante se agruparon sobre gruesos depósitos de suelo reelaborados, particularmente a lo largo del valle del Jordán y las cuencas circundantes. Estos suelos, derivados de laderas erosionadas, ofrecían fertilidad y acceso al agua, ingredientes clave para la agricultura primitiva.
El artículo de investigación titulado “Catastrophic fires and soil degradation: possible association with the Neolithic revolution in the southern Levant”, ya está disponible en Journal of Soils and Sediments.
Investigador:
Amos Frumkin
Instituto de Ciencias de la Tierra, Universidad Hebrea de Jerusalem.