Investigadores israelíes piratean el proceso de la memoria y dicen que sí.
Por Oshry Alkeslasi
En 2011, los investigadores israelíes descubrieron una forma de borrar los recuerdos relacionados con la adicción. Luego fueron refutados, lo que los empujó a revisar el original, solo para encontrar algo que no habían notado antes…
En un artículo publicado en 2011, un equipo de investigadores de la Universidad Hebrea de Jerusalem logró borrar los recuerdos del cerebro relacionados con el consumo de drogas.
Sin embargo, más tarde 2 estudios que refutarían los hallazgos originales.
Los investigadores israelíes revisaron cada etapa del artículo original y pudieron volver a descifrar la cadena de eventos que conducen a la memoria no deseada, encontrando una nueva capacidad cognitiva del cerebro.
El hallazgo inicial y su disputa
En el estudio original, los investigadores, dirigidos por el profesor Rami Yaka, tuvieron éxito en el desarrollo de un nuevo método que permite borrar del cerebro los recuerdos de dependencia a las drogas. Además, el equipo demostró cómo pudieron borrar los recuerdos relacionados con las drogas de las ratas de laboratorio, que fueron alimentadas con cocaína durante dos semanas en un lugar determinado del laboratorio (algo así como la esquina de la calle retratada en las películas de Hollywood, que se ha convertido en sinónimo del tráfico de drogas).
Los investigadores inyectaron a ratas una pequeña proteína, llamada péptido inhibidor de Zeta, o mejor conocido como ZIP, directamente en la corteza prefrontal en el área responsable del placer y la recompensa, que se ha relacionado directamente con la adicción a las drogas.
Luego de la inyección del compuesto, las ratas fueron devueltas a la “esquina de la calle” en el laboratorio, donde recibirían sus dosis de cocaína, para monitorear su comportamiento.
Las pruebas revelaron que las ratas no se quedan en un solo lugar y han dejado de esperar frenéticamente su próxima dosis: el hallazgo muestra que los recuerdos de dependencia de drogas se han borrado del cerebro. Además, al utilizar el mismo método, el equipo de investigación también pudo borrar los recuerdos no relacionados con las drogas, como los del estrés postraumático, el miedo y más.
Los hallazgos originales fueron refutados por dos artículos, que fueron publicados en la prestigiosa revista Nature. En los artículos de refutación, los científicos intentaron recrear el experimento israelí, eliminando una proteína objetivo de las células de memoria, llamada PKMzeta, que supuestamente necesitaba el ZIP para borrar la memoria “dañina”.
Sin embargo, estos estudios mostraron que era posible eliminar la memoria incluso con la eliminación de la proteína diana, refutando así los hallazgos del equipo de la Universidad Hebrea.
“Desde que se publicaron los dos estudios, la investigación se detuvo, ya que nadie es capaz de explicar sus hallazgos y el hecho de que el proceso es exitoso incluso sin la proteína objetivo”, dijo el profesor Yaka sobre los estudios que refutaron el suyo.
¿Qué hay de nuevo?
En el nuevo estudio de investigación, que fue dirigido por el profesor Rami Yaka con su asistente Alexi Bingor, los investigadores de la Universidad Hebrea pudieron volver a descifrar, pieza por pieza, la cadena de eventos que condujeron al borrado de la droga no deseada de la memoria en ratas.
Como parte de la nueva investigación, el dúo descubrió un nuevo mecanismo en el cerebro, además de demostrar las capacidades ZIP para borrar los recuerdos provocados por el abuso de cocaína, incluso sin la proteína PKMzeta, que fue lo más destacado que refutó su primer estudio.
El profesor Yaka explicó que el mecanismo cerebral recientemente descubierto por el equipo desafía el enfoque estándar de lo que se pensaba anteriormente sobre la base molecular de la memoria. “En lugar de observar el enlace creado entre la proteína ZIP y el receptor, notamos que la proteína ZIP se compone de 13 aminoácidos, de los cuales 5 son arginina”.
Según Yaka, en el momento en que el ZIP entra en la célula, la arginina se disuelve y se libera para producir 3 reacciones químicas que permiten que la célula siga funcionando sin importar el receptor. “En otras palabras, nos dimos cuenta de que no es necesario centrarse en la proteína diana sino en la arginina, que es capaz de borrar los recuerdos. Se nos ha abierto un nuevo mundo de posibilidades, incluido el desarrollo de una nueva medicina centrada en el tratamiento de las adicciones”, explica el profesor Yaka.
Lo compara con lo que los investigadores sabían antes de que comenzara el nuevo estudio, la base molecular de la memoria es un cambio en la actividad eléctrica, y los que median el proceso son los canales iónicos, que operan como cables eléctricos que conectan las dos células, permitiendo la transmisión. La corriente eléctrica es un conductor neural, que se conecta al receptor al final del proceso. Esto permite inyectar los iones en la celda receptora, y funciona como una especie de puerta, facilitando la información correctamente en la celda.
“El proceso de recordar algo es muy poderoso y lleva una corriente eléctrica alta que fluye hacia la celda, que es capaz de acumular o cambiar recuerdos. Todo el proceso puede cambiar con ZIP, lo que retrasa la actividad del receptor. Basta con retrasarlo un poco para que la célula deje de funcionar porque es una memoria activa, la célula exige un flujo continuo de iones para retener una memoria a largo plazo”, explica el profesor Yaka.
Si su siguiente pensamiento fue sobre el hecho de que borrar las células de la memoria podría afectar otros recuerdos basados en el placer y la recompensa, entonces deje que el hombre detrás de la ciencia, el profesor Yaka, explique la siguiente fase de su equipo después de su interesante descubrimiento: “La siguiente etapa es borrar recuerdos que están relacionados con la adicción a las drogas, pero dejan intactos otros recuerdos de placer y recompensa, para interrumpir los recuerdos no deseados”.
Debido a que el ZIP que borra la memoria, se inyecta directamente en el cerebro. Actualmente se están probando métodos de transmisión de medicina alternativa. El equipo está encontrando formas más simples de distribuir las moléculas a través de medicamentos que se pueden tragar y van directamente a las células objetivo en el cerebro que albergan la memoria no deseada.
Fuente: Geektime