Bionaut Labs tiene como objetivo utilizar robots más pequeños que un grano de arroz para administrar medicamentos exactamente donde se necesitan y minimizar los efectos secundarios para el cuerpo.
Cuando el empresario israelí, experto en robótica y ex alumno de la Universidad Hebrea Michael Shpigelmacher trabajó para una gran empresa de consultoría hace unos años, estuvo frecuentemente involucrado en proyectos con compañías farmacéuticas. “Lo que me pareció muy extraño fue que incluso si la afección tratada era muy focal, el tratamiento inevitablemente dependería de la difusión en el torrente sanguíneo, de la administración sistémica que a menudo implicaría efectos secundarios muy graves”.
Como alguien con experiencia en física, Shpigelmacher comenzó a preguntarse por qué la terapia no se dirigiría a la enfermedad de una manera más precisa. “Para mí, este fue el gran momento en el que me di cuenta de que deberíamos tratar de construir micro-robots para entregar el medicamento solo donde se necesitaba”, dijo, describiendo el proceso que finalmente lo llevó a establecer la start-up de tecnología médica Bionaut Labs. Fundada en 2016, y originalmente con sede en Israel, la compañía comenzó a trabajar con el centro de investigación alemán Max Planck Society for the Advancement of Science. Eventualmente, se trasladó a Los Ángeles, donde actualmente tiene su sede. “En Bionaut Labs, por primera vez en la historia, fabricamos pequeños micro-robots controlados a distancia que se mueven en el cuerpo de manera segura y precisa, con un enfoque en el sistema nervioso central, el cerebro y la columna vertebral”, dijo Shpigelmacher, “Estos micro-robots se pueden controlar de forma remota para transportar diferentes cargas útiles, específicamente medicamentos, a lugares que son muy difíciles de alcanzar, por ejemplo, en el cerebro profundo, y para entregar esas cargas útiles, esas terapias, solo donde se necesitan y en ningún otro lugar”.
Actualmente, la tecnología ha sido probada en animales, aún no en humanos. Recientemente, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) lo aceleró para iniciar ensayos clínicos para dos afecciones: el síndrome de Dandy Walker, un raro trastorno neurológico pediátrico; y gliomas malignos, una forma incurable de cáncer cerebral.
La compañía planea comenzar las pruebas en 2023.
Fuente: Jerusalem Post